Cuando uno de los miembros de una pareja se involucra de manera íntima y estable con otra persona, con el pleno conocimiento de las tres partes, estamos ante lo que se conoce como un triángulo amoroso. Esta dinámica se caracteriza principalmente por la incapacidad neurótica de todos sus integrantes para poner fin a una situación incómoda y emocionalmente compleja.

### **El iniciador del triángulo**
La persona que inicia el triángulo suele presentar importantes problemas afectivos o de apego, lo que le impide mantener un vínculo único y satisfactorio. No se siente plenamente feliz con su pareja y, al enamorarse de otra persona, descubre que tampoco esta nueva relación le brinda la satisfacción que busca. No se trata de una simple infidelidad o escapatoria, sino de la búsqueda inconsciente de un «complemento» a lo que ya tiene, intentando llenar un vacío interno que ninguna relación puede colmar. Esta situación genera en el iniciador grandes tensiones emocionales y síntomas inevitables, como:

– Sentimientos de culpa.
– Ansiedad y estrés.
– Insomnio.
– Baja autoestima.
– Miedos constantes.

### **Responsabilidades compartidas**
Sin embargo, los triángulos no tienen un único responsable. Las tres partes implicadas obtienen algún tipo de beneficio, aunque no siempre lo reconozcan. Estos beneficios pueden incluir:

– **Para la pareja oficial:** Seguridad emocional, estabilidad familiar o económica, o simplemente la comodidad de la costumbre. A menudo, esta persona es muy dependiente o tiene una baja conexión emocional con su pareja.
– **Para la persona complementaria:** La relación suele reforzar una baja autoestima, ya que esta persona busca dominar o ganar, consciente o inconscientemente, en un intento de validar su valor personal.

### **La dinámica del triángulo**
La base que sostiene el triángulo es una mezcla de rivalidad y esperanza. Tanto la pareja oficial como la persona complementaria son, al igual que el iniciador, emocionalmente carenciales. Aunque se desprecian profundamente, ambas compiten por ser «la elegida», alimentando una esperanza neurótica de triunfo sobre el otro. Esta inmadurez y ambivalencia emocional perpetúan la relación triangular, creando un ciclo de acusaciones, agresividad, y un deseo de control que puede durar incluso años.

### **Romper el triángulo**
Para disolver un triángulo amoroso doloroso, es necesario que al menos una de las tres partes alcance un grado significativo de madurez emocional. Mientras las tres personas permanezcan ciegas a sus propios conflictos internos y sigan culpando a los demás, nada cambiará. Sin maduración, el ciclo de celos, culpa, ansiedad y hostilidad continuará ininterrumpidamente.

### **El amor y la exclusividad**
El amor verdadero es excluyente por naturaleza. Ninguna persona emocionalmente sana tolerará un triángulo amoroso, ya que estas relaciones están basadas en la ambivalencia, el sufrimiento y los celos constantes. Sólo la madurez, la autocomprensión y el respeto por uno mismo y los demás pueden poner fin a esta dinámica tóxica.

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