En tiempos donde lo económico pesa, la angustia no solo nace del miedo a “no llegar” o del cansancio mental de hacer cuentas. También surge del sentimiento de estar perdiendo el control, de ver cómo se estrechan las opciones, de sentir que se empobrece algo más que lo material.
Desde la Logoterapia, entendemos que el ser humano no solo busca evitar el sufrimiento, sino darle un sentido. Viktor Frankl nos recuerda que aún en medio del dolor, podemos encontrar una dirección. No se trata de romantizar las dificultades, sino de preguntarnos:
¿Qué actitud elijo tomar frente a esta situación?
¿Qué valores quiero preservar aunque me falten certezas?
¿Qué sentido puedo encontrar incluso en esta etapa de lucha?
La angustia se vuelve un llamado. Una señal de que algo nos importa profundamente. No se trata de negar esa angustia, sino de mirarla con honestidad y preguntarnos: ¿para qué?
El sentido puede estar en el compromiso con otros, en la creatividad para reinventarse, en la esperanza que insiste aun cuando todo parece cerrado.
Si estás atravesando un momento así, sabé que no estás sola/o. Y que en esa búsqueda de sentido, muchas veces, se encuentra la fuerza.
Por: Lic. .Celeste Dos Santos